La declaración de Miguel Díaz-Canel, si es tal como se ha mencionado, refleja una postura polémica respecto a las quejas de la población cubana sobre los cortes de electricidad que han afectado a la isla. Al referirse a los que critican la falta de electricidad como “borrachos” o “mercenarios,” estaría minimizando o despreciando las preocupaciones legítimas de muchos cubanos que han sufrido los efectos de estos apagones.
Es importante señalar que los cortes de electricidad en Cuba han sido una fuente de frustración constante para la población, que enfrenta además otras dificultades como la escasez de alimentos, medicamentos y problemas económicos. Las declaraciones que no reconocen esas realidades pueden generar malestar o aumentar la percepción de desconexión entre el gobierno y las preocupaciones del pueblo.
Si bien algunos pueden interpretar estas palabras como una forma de descalificar a quienes protestan, la falta de electricidad impacta la vida diaria de muchas personas, no solo a los críticos o disidentes, sino a la población en general. Las críticas hacia el manejo de la crisis energética en Cuba provienen de diversos sectores, y no es solo una cuestión de oposición política o comportamiento irresponsable.
Este tipo de comentarios tienden a intensificar el descontento social, especialmente en un momento en que las tensiones en la isla son notables debido a la falta de recursos y el deterioro de la calidad de vida.