El reino feudal de los castros es un lugar particular, desconectado del mundo real, donde ya los coches se manejan solos y otros vuelan. En Cuba comunista ese suelo idílico de la izquierda mundial se hace dieta de carácter obligatorio y no necesariamente todos pues las infantas del reino hace despliegue de su sobre peso obsceno en tiempos de contención, hablamos desde luego de Mariela Castro , hija del dictador General Raul Castro y la poco celebre hija obesa del Che Guevara una guerrera en teoría del ejercito terrorista de Hamas, esa palestina tergiversada que intentan utilizar a su conveniencia.
Lo cierto es que lo que ambas representan seria un agravio para la raza árabe ceñida todavía a los tiempos bíblicos, de ahí todos sus problemas. Que hubiera podido suceder si una de las mari-congas de Mariela desfilaran por Gaza, cuanta provocación pudiera causar una gorda de pelo corto haciendo de policía. La respuesta es cruel pero la realidad duplicaría la imaginación pues para los causantes de la Guerra en palestina odian mucho más las transgresiones a sus preceptos religiosos, nunca sentirían la simpatía de los afeminados y las mari-macho ,mucho menos querrían ser defendidos por transexuales, primero revientan en pedazos y pulverizan lo que consideran ofensivo para su mundo.
Es infantil apoderarse de una causa como la Palestina y las consecuencias de un acto terrorista de un grupo radical como lo es Hamas para echar leña a las maltrechas relaciones con el vecino del norte. Se puede defender una causa justa, pero no se puede mentir por odio. Los Cubanos si estuvieran informados entenderían también el derecho a defender su territorio y sus nacionales del terrorismo como el de Hamas que todavía conservan secuestrados y utilizan a la población como escudos humanos.
Es irresponsable también dedicar amplias jornadas de marchas que no van a ningún lado, mientras la Isla necesita más productividad económica, más atención a los reclamos de libertad empresarial en los campos, menos control de precio en las producciones agrícolas y una mejor gestión de relaciones comerciales con otros países que no tienen un embargo con Cuba.
