Un Refrigerador Lleno de Carne, Pollo y Pescado Mito O Realidad Fuera de Cuba

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Un Refrigerador Lleno de Carne, Pollo y Pescado Mito O Realidad Fuera de Cuba

Un refrigerador lleno de carne, pollo y pescado es algo que, para muchos cubanos, puede parecer un mito o una fantasía, dado el contexto de escasez que se vive en la isla. Sin embargo, fuera de Cuba, esta es una realidad cotidiana en muchos países, donde la abundancia de alimentos en los supermercados es parte del día a día.

Es bien sabido que el adoctrinamiento del gobierno comunista cubano se infiltra en todos los aspectos de la vida, desde la educación y los medios de comunicación hasta la literatura, e incluso ha intentado incursionar en las redes sociales, aunque con resultados limitados debido a la resistencia que encuentra.

Mi primo, quien ahora reside en Houston, me confesó que nunca me creyó cuando, en una visita a Cuba, le relaté lo fácil que es obtener alimentos en los supermercados fuera de la isla. Después de mudarse y viajar por varios países, como Montevideo en Uruguay, Paraná en Brasil, Perú, Colombia, Panamá, Centroamérica y México, me contó que no existe una crisis de hambre comparable a la que se vive en Cuba.

El costo de la comida fuera de Cuba suele representar aproximadamente un 20% del salario mensual, mientras que en la isla, el salario de un mes cubre apenas un 5% del costo de los alimentos, incluso considerando los pocos productos subvencionados por el gobierno.

A esto se suma la grave falta de agua potable en las casas, la caótica recogida de basura en casi todas las cabeceras de provincia, especialmente en La Habana, y los constantes cortes eléctricos que afectan a toda la isla. La situación se vuelve aún más difícil cuando se compara con la realidad que se vive en otros países, donde un refrigerador bien abastecido es algo normal, no un lujo inalcanzable

Raw fresh meat, beef or pork in supermarket
Raw fresh meat, beef or pork in supermarket

La incompatibilidad entre los salarios y el costo de la alimentación en Cuba es una realidad que afecta a la mayoría de los ciudadanos. En un país donde el salario promedio mensual es extremadamente bajo, adquirir alimentos suficientes y de calidad se ha convertido en un reto casi imposible para muchas familias.

En comparación con otros países, donde el gasto en alimentos puede representar alrededor del 20% del salario mensual, en Cuba, el salario promedio cubre apenas una fracción mínima de los costos de alimentación, incluso teniendo en cuenta los productos que aún están subsidiados por el gobierno. Esta disparidad significa que los cubanos deben destinar una parte desproporcionada de sus ingresos solo para intentar cubrir sus necesidades alimentarias básicas, y aun así, muchas veces no lo logran.

El mercado negro y el racionamiento son parte de la vida cotidiana, pero incluso con estas alternativas, la calidad y cantidad de alimentos disponibles son insuficientes. Los precios en el sector privado son prohibitivos para la mayoría, y los productos básicos, como la carne, el pollo y el pescado, son lujos que pocas familias pueden permitirse con regularidad.

Esta situación es agravada por la ineficiencia en la distribución de alimentos, la falta de una infraestructura adecuada y las políticas económicas que no permiten a los ciudadanos acceder a una alimentación digna. La consecuencia de todo esto es que muchos cubanos viven en una constante inseguridad alimentaria, una realidad que contrasta fuertemente con la vida en otros países donde un refrigerador lleno es la norma y no la excepción.

En resumen, la incompatibilidad entre el salario y el costo de la alimentación en Cuba es un reflejo de la profunda crisis económica que atraviesa el país, una crisis que tiene un impacto directo en la vida diaria de sus ciudadanos, obligándolos a luchar constantemente por satisfacer sus necesidades más básicas.

Cuba sufre una dictadura de corte comunista, el actual presidente tiene el apodo de “El puesto a dedo” designado por su lealtad al régimen, no por su capacidad para dirigir, de hecho, incluso impulso actos de violencia para combatir su propio pueblo, abriendo diferencias irreconciliables entre los Revolucionarios y los que no lo son. Por este último acto de cobardía gano el apodo de SINGAO , un pronombre usado para repudiar gente muy mala.

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