La esclavitud moderna, disfrazada de servicio militar en Cuba, es una realidad que muchos jóvenes cubanos enfrentan bajo el régimen comunista. En un país donde las libertades individuales están severamente restringidas, el servicio militar obligatorio se convierte en una herramienta de control que va más allá de la defensa nacional, transformándose en una forma de explotación y sometimiento de la juventud.
En lugar de ser un honor servir a la patria, como se presenta en la propaganda oficial, el servicio militar en Cuba es, para muchos, una experiencia que degrada y deshumaniza. Los jóvenes son obligados a cumplir con un mandato que les roba años cruciales de sus vidas, durante los cuales son sometidos a duras condiciones, escasez, y una constante indoctrinación ideológica. Este “servicio” no solo les priva de su libertad, sino que también los convierte en piezas de una maquinaria que perpetúa el control del gobierno sobre la población.
El régimen cubano, en su afán por mantener el poder, ha construido un mito de amenaza constante, una supuesta guerra de más de 60 años contra un enemigo invisible, sin haber tenido un conflicto armado interno significativo desde hace décadas. La narrativa de una guerra perpetua, especialmente contra Estados Unidos, es utilizada para justificar la militarización de la sociedad y el control sobre sus ciudadanos.
La ya lejana guerra contra los alzados en las montañas sigue siendo utilizada como pretexto en los libros de historia, con Estados Unidos presentado como el eterno villano. Sin embargo, no existe una justificación válida para mantener a generaciones de cubanos cumpliendo con un servicio militar que, en la práctica, los esclaviza. Este servicio no solo es una pérdida de tiempo para quienes no desean participar, sino que también es una forma de violencia impuesta por el estado, que puede llevar a la desesperación y, en algunos casos, al suicidio.
En gran parte del hemisferio occidental, el servicio militar obligatorio ha sido abolido o reformado, adoptando formas voluntarias que promueven el sentido de pertenencia a la nación a través de incentivos y no de la coerción. Es imperativo que en Cuba se reevalúe esta práctica y se considere una revolución en la forma en que se concibe el servicio militar, transformándolo en una opción digna, atractiva, y verdaderamente patriótica, en lugar de una imposición que despoja a los jóvenes de su libertad y futuro.
Cada año todos los cubanos en edad de captación son forzados a pausar sus vidas e incorporarse a espacios controlados mayormente por el Ejército, donde son sometidos a estructuras despóticas y condiciones de vida muy estrictas. Los jóvenes salen de sus hogares para someterse a una doble presión. Por un lado están bajo las órdenes de militares que, según se ha denunciado en muchos casos, los humillan y maltratan y, por otro, tienen que convivir con chicos que suelen abusar de los más débiles.
En general son adolescentes o jóvenes que se enfrentan a un entorno adverso, que no todos logran soportar. En manos de estos muchachos, además, se ponen armas de fuego que en ocasiones han usado contra ellos mismos u otros. Leer Mas En CUBANET
