Carlos Fernández de Cossío enfrenta incisiva entrevista en el marco de la Asamblea de la ONU
En una entrevista que ha sido calificada como una de las más confrontativas en el contexto de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, se sentó frente al periodista Mehdi Hasan, representante de un medio independiente, para abordar temas sensibles y de alto impacto internacional.
Durante los treinta minutos de conversación, se discutieron asuntos como la presencia de presuntos terroristas en Cuba, la situación económica del país, la migración, la relación con Venezuela, el conflicto en Gaza, y el sistema electoral cubano. Hasan, conocido por su estilo directo, citó informes de agencias de la ONU que denuncian restricciones a las libertades en la isla. Fernández de Cossío rechazó dichas acusaciones en el caso cubano, aunque reconoció que las mismas organizaciones también han emitido críticas hacia países como Israel y Estados Unidos.
Uno de los momentos más tensos se produjo cuando el diplomático aseguró que cualquier ciudadano cubano, sea comunista o no, puede postularse en las elecciones. El periodista cuestionó esta afirmación, pidiéndole que mencionara algún candidato que haya protestado abiertamente contra el sistema. Tras una pausa, Hasan subrayó que su labor incluye formular preguntas incómodas.
La entrevista, que se aleja del tono habitual de los encuentros diplomáticos, pone en evidencia el aislamiento político de Cuba y la dificultad de establecer diálogos con un gobierno que ha sido señalado por su carácter autoritario y su resistencia a implementar reformas económicas y judiciales. Esta falta de apertura ha sido identificada como uno de los factores que desincentivan la inversión extranjera en el país.
Continúa el análisis: tensiones y evasivas en la diplomacia cubana
Por otra parte, la entrevista dejó al descubierto las limitaciones discursivas del representante cubano para sostener la legitimidad de un sistema unipartidista en el escenario internacional. Las respuestas de Carlos Fernández de Cossío fueron breves, evasivas y marcadas por una constante estrategia de desvío: al ser cuestionado sobre la situación interna de Cuba, el viceministro optó por señalar las deficiencias de otros países, en lugar de ofrecer explicaciones concretas sobre las denuncias que pesan sobre su propio gobierno.
Este patrón de evasión no solo debilitó la defensa del modelo político cubano, sino que también evidenció la dificultad de establecer relaciones internacionales saludables bajo un esquema que rechaza el pluralismo y la crítica interna. La falta de autocrítica y el recurso sistemático a la comparación con potencias extranjeras como Estados Unidos e Israel, lejos de fortalecer la posición diplomática de Cuba, la encasillan en una narrativa de confrontación que limita el diálogo y el entendimiento con otros actores globales.
La entrevista, en ese sentido, se convierte en un espejo incómodo para el régimen cubano, que sigue evitando reformas estructurales y mantiene una postura rígida frente a los cuestionamientos internacionales. El encuentro con Mehdi Hasan no solo expuso las tensiones entre el discurso oficial y la realidad del país, sino que también dejó entrever el desgaste de una diplomacia que se resiste a evolucionar.











