Muchos votaron por el, Miami se torno de repente en Rojo, un color que recuerda la dictadura cubana sobre todo en tiempos de revolución, y era de esperar pues los lideres autoritarios y populistas son del gusto del inconsciente insular.
Hubo señales y muchos la ignoraron, el bis racista de Trump lo tenia Fidel Castro quien decía la palabra Negro despóticamente durante diversas ocasiones en discursos públicos y mantuvo dentro de su mandato contados con los dedos de la mano pocos negros al frente de las jefaturas mas altas del gobierno, la historia está ahí y no queremos disolverla para poder saber en futuro lo que no queremos.
Existen los que contra viento y marea se quedan complacidos con la humillación masiva de sus coterráneos, un despiste del alma que se ha ido disolviendo en la materia americana que a su vez da la marida más rancia a una comunidad que actúa como esclavos liberados, agradecidos y orgullosos de llevar un nuevo yugo con aires fríos y barrigas repletas.
La realidad del llamado trumpismo miamense va en derrumbe total, la caída de un ángel “Marcos Rubio” que ha figurado más en memes, de lo que pudiera por el mismo, quizás abrumado por la velocidad del gordo rubio, que en un abrir y cerrar de ojos le puede mover la alfombra. Pero no lo tomes personal Marcos, ya se enemisto con la gallina de los huevos de Oro que envía cohetes al espacio.
Queda demostrado que el poder es mas valioso que el mismo dinero, esa insignificante gracia de azar que puede desaparecer en un decreto, sino miren a la lánguida Cuba un ex país que aun llora los fantasmas de la guerra Fría y en sus agonizantes susurros sigue culpando al bloqueo, siguen dando una pésima educación moral y por ende lo va heredando la diáspora o dígase convenientemente Exilio.
