Marca Mandarina, el nuevo hit de los músicos cubanos Bebeshito y El Tiger, se ha convertido en un fenómeno musical que refleja la profunda crisis cultural de la sociedad cubana. Este producto musical, basado en la chusmería generalizada y la aceptación masiva de insinuaciones sexuales explícitas, pone de manifiesto el deterioro del gusto cultural hacia lo vulgar y provocativo.
Análisis del Contenido
Desde las primeras líneas de la canción, “fui yo quien te partí”, se establece un tono explícito que hace referencia directa a la pérdida de la virginidad. Este tipo de lenguaje y contenido, que hubiera sido impensable en la música cubana de décadas pasadas, ahora se recibe con una aceptación sorprendente. La letra continúa con frases como “soy el que te aniquila, deja lo quemao, deja lo quemao, dile papi camina, deja lo quemao, deja lo quemao que vaya bajando que no es marca mango, él es marca mandarina”. Este estribillo no solo perpetúa la insinuación sexual, sino que también se ha convertido en el centro de creatividad para diversos bailes que han surgido en torno a la canción.
Impacto Cultural
Bebeshito, un músico de la última generación, ha conseguido notoriedad con temas exitosos que, sin excepción, abordan lo sexual de manera explícita. Otro ejemplo es La Totaila, una canción que también se caracteriza por su contenido altamente sexualizado. Frases como “Hacha, Hacha para darle brocha y darle hacha” utilizan un argot cubano cargado de insinuaciones, algo impensable de escuchar en canciones de épocas anteriores.
Reflexión
La aceptación masiva de estas canciones refleja una crisis cultural profunda, donde lo vulgar y lo explícito se han normalizado en la música popular. Sin embargo, es importante reconocer que también ha surgido una expresión de creatividad, especialmente en las coreografías que acompañan estas canciones. Los bailes que se generan alrededor del estribillo de Marca Mandarina son un testimonio de cómo, incluso en medio de la vulgaridad, la cultura cubana sigue encontrando formas de expresarse creativamente.
En conclusión, Marca Mandarina es más que una canción; es un reflejo de la transformación cultural cubana. La crisis cultural se manifiesta en la aceptación de contenido explícito y vulgar, pero también en la capacidad de la comunidad para adaptarse y crear nuevas formas de expresión a través de la música y el baile.
