La Habana. Gabriel Mosquera Mourlot, de 24 años, expresa preocupaciones sobre el impacto negativo de las nuevas regulaciones para los empresarios privados en Cuba. Las recientes normas, que entrarán en vigor este septiembre, incluyen restricciones adicionales para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), así como para los trabajadores por cuenta propia. Entre las medidas más polémicas se encuentran la prohibición de 125 actividades económicas, lo que limita considerablemente el campo de acción de los emprendedores privados. Estas restricciones afectan áreas clave como la silvicultura, la industria manufacturera, y las telecomunicaciones, limitando el crecimiento y la competitividad del sector privado.
Además, el gobierno ha endurecido las normativas fiscales, eliminando algunas exenciones y aumentando el control estatal sobre los ingresos y operaciones de estas empresas, lo que desalienta tanto la inversión extranjera como la participación de la diáspora cubana. Este clima regulatorio podría hacer más difícil ser empresario privado en Cuba, ya que centraliza aún más el control estatal y reduce la capacidad de los emprendedores para competir o expandirse(
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